Las genéticas que se conocen como índica (o de dominancia índica) son un tipo de variedades que reciben esta clasificación por sus características morfológicas, su tiempo de floración y sobre todo, por sus efectos más centrados en el cuerpo a un nivel físico.
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Indica es un término que se usa a menudo para describir las variedades y productos de cannabis con fuertes efectos físicos, sedantes y relajantes. Sin embargo, es importante no confiar demasiado en el término “índica” al decidir sobre una variedad de marihuana específica. Si bien tanto índica como sativa se usan en la cultura popular para describir los efectos del cannabis, no son etiquetas definitivas, ya que técnicamente se refieren a la estructura de ciertas plantas, más que a sus efectos específicos.
De hecho, dichos términos son mucho más útiles para los cultivadores que para los consumidores, pues se usan comúnmente para describir la morfología o las características físicas de la planta de cannabis y su ciclo de crecimiento.
Cuando el botánico sueco Carl Linnaeus, el padre de la taxonomía moderna, publicó por primera vez el nombre científico Cannabis sativa en su obra seminal ‘Species Plantarum’ de 1753, el único tipo de cannabis que había visto en Suecia era la planta más corta y robusta que conocemos como cáñamo. El nombre latino Cannabis deriva del griego (kannabis) y es posible que se haya derivado originalmente del escita. El término sativa simplemente significa "cultivada" y describe la planta de cáñamo común que se cultivaba ampliamente en toda Europa en la época de Linneo.
Después de su muerte, en 1785, el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck describió y nombró una segunda especie, Cannabis indica, que significa “Cannabis de la India”, donde se originaron las primeras muestras de la planta que llegaron a Europa procedentes de todo el subcontinente indio, desde el sudeste asiático hasta el oeste de la India y hasta África. Luego los seres humanos la extendieron por todo el mundo, principalmente, como una fuente de THC psicoactivo. Lamarck basó principalmente su clasificación en las diferencias morfológicas de la planta C. sativa de Linnaeus . Pero sí notó que C. indica era un embriagante más potente que C. sativa.
Así, 'índica' y 'sativa' se utilizaron en un principio para distinguir entre las variedades de cannabis en función de su lugar de origen y estaban destinados a distinguir el aspecto de la planta. Por ejemplo, en Oriente Medio y Asia Central, las variedades de marihuana tienen hojas grandes y anchas para captar más eficientemente una radiación solar más débil. Sus cogollos también son más densos. Por otro lado, hay partes de nuestro planeta donde el clima es tropical y las plantas de marihuana tienen hojas más estrechas.
El cambio de la clasificación de Lamarck a la definición popular actual de la planta de cannabis índica se produjo en 1974, cuando el biólogo estadounidense Richard Evans Schultes aplicó el término de Lamarck a las plantas de marihuana en Afganistán. Estas plantas se veían diferentes de las plantas indias de Lamarck, exhibiendo un tallo más corto y hojas más anchas.
Por tanto, hoy, reservamos la etiqueta de índica para plantas bajas, anchas y tupidas de herencia afgana. Sin embargo, a medida que surgen más investigaciones sobre el genoma del cannabis, estamos aprendiendo que no hay mucha diferencia entre los dos tipos de plantas. De hecho, con pruebas moleculares, los científicos han determinado que en realidad solo hay una especie de cannabis: Cannabis sativa L. y que índica es simplemente una subespecie de eso, algo que sigue siendo muy debatido.
En general, se acepta que las cepas índicas autóctonas se originaron cerca de Asia Central y se extendieron a regiones de India, Nepal, Pakistán, Afganistán, Marruecos y Turquía. Estas razas índicas autóctonas originales (una cepa de cannabis nativa y natural de una región) son cepas adaptadas localmente y optimizadas a través de la evolución natural para crecer en sus microclimas específicos; y generalmente prosperaron entre los 30° y los 50° de latitud al adaptarse a estas condiciones de cultivo locales.
El mestizaje ha dominado los últimos 50 años del cultivo de marihuana, eliminando virtualmente la posibilidad de encontrar cepas índicas o sativas puras. Más bien, la forma en que se clasifican las plantas hoy en día generalmente significa que la planta es predominantemente una u otra.
Si vas a tu tienda de semillas de confianza, probablemente te encuentres con productos etiquetados como índica, sativa o híbrido. La adición de cepas híbridas al léxico del cannabis es una señal de que el marketing del cannabis se está poniendo al día con la realidad, pues todas las cepas modernas son técnicamente cepas híbridas.
La verdadera diferencia entre las cepas índica y sativa son sus rasgos observables durante el ciclo de cultivo. Las índicas tienden a convertirse en plantas bajas con tallos gruesos y normalmente alcanzan una altura de menos de dos metros. También tienden a producir más ramas laterales y un crecimiento más denso que la variedades de cannabis sativa, lo que da como resultado unas plantas más anchas y espesas.
Las flores de las variedades de marihuana índica forman agrupaciones muy pobladas alrededor de los nudos (puntos en que los pares de hojas crecen desde el tallo y las ramas) de la planta femenina. Generalmente, el follaje es de un verde oscuro, aunque algunos fenotipos parecen tener unas hojas casi azules o verdes-negras. Estas hojas están compuestas por limbos foliares cortos y anchos.
Otra señal importante de que tienes plantas de marihuana índica en tus manos es cuando las ramas crecen hacia arriba y se fortalecen para soportar el peso de los cogollos en las puntas. Si crecieran hacia los lados en lugar de hacia arriba, entonces se romperían por el medio debido al peso de esos brotes en los extremos de las ramas, por lo que son semillas que perfectamente se pueden cultivar en indoor.
Los esfuerzos para acelerar las nuevas generaciones de híbridos tienden a centrarse en la etapa de floración en la que toman forma los cogollos, o en la etapa vegetativa anterior marcada por un crecimiento explosivo de raíces, tallos y hojas en forma de abanico. A lo largo de ambas etapas, las cepas con genética predominantemente índica tienden a desarrollarse más rápido que sus parientes con dominancia sativa.
Esta tendencia se remonta a los hábitats índica nativos ubicados en las llanuras altas de Asia Central, donde los duros inviernos dan paso a breves veranos que favorecen ciclos de crecimiento y floración más cortos, para que puedan cosecharse antes de que llegue el frío y la humedad del otoño.
Como resultado, las cepas índica evolutivamente exitosas se convirtieron en plantas cada vez más rápidas, con tiempos de floración de 50 a 70 días, por lo general sacrificando una proporción de tamaño y capacidad de rendimiento en el trato.
También sus cogollos suelen ser más densos y compactos que los de las sativas. Esto se debe al hecho de que la especie de Cannabis indica, dados sus orígenes cálidos y secos, es experta en conservar el agua para su supervivencia natural.
Las variedades de marihuana índica siempre han sido conocidas por tener una capacidad de producción de resina increíble, quizás como una adaptación para protegerse de las duras condiciones climáticas de las regiones montañosas de las que son originarias. Este alto contenido de resina era ideal para hacer hachís, la forma dominante de consumir cepas índicas al principio del comercio de cannabis, y que aún hoy sigue siendo popular en gran parte del hemisferio oriental. En la fase de floración, el crecimiento hacia arriba y hacia fuera se ralentiza o se para, ya que el cannabis índica dirige el grueso de su energía al desarrollo de las partes reproductivas, flores masculinas que distribuyen polen o flores femeninas que producen la mayoría de cannabinoides y deben recibir el polen y producir semillas.
La taxonomía tradicional también intentó identificar las diferencias en los compuestos químicos producidos por las variedades índica. Así, la literatura científica muestra que la planta índica tiende a tener un contenido de CBD más alto que la sativa, que tiende a tener un contenido de THC más alto. Gracias a que produce mayores cantidades de CBD, las índicas tiene un efecto mucho más completo y menos psicoactivo. Sin embargo, muchos investigadores creen que otros factores, como las proporciones de CBD a THC, son más importantes para determinar los posibles efectos.
Si bien la taxonomía índica/sativa es eficiente para los cultivadores, no ayuda a los consumidores a predecir los efectos de una planta de marihuana determinada. La intervención humana ha cambiado drásticamente la composición química del cannabis. En los días de Linnaeus y Lamarck, los efectos de las plantas C. indica y C. sativa probablemente coincidían más con sus características físicas. Hoy en día, la apariencia de una planta no revela nada sobre el tipo de efecto que producirá.
Dentro de la comunidad del cannabis, las plantas índicas a menudo se caracterizan por tener efectos sedantes, que generalmente conducen a un intenso efecto corporal, mientras que se cree que las cepas sativas son estimulantes y producen más un subidón mental.
Pero la razón por la que estas plantas parecen diferentes entre sí, y hemos atribuido ciertos efectos a cualquiera de las cepas, es en realidad debido a una variedad de otros factores, incluidos el medio ambiente, las condiciones de crecimiento, los terpenos , los flavonoides y los cannabinoides. En realidad, los efectos de la marihuana se basan en los perfiles químicos únicos de cada variedad más que en un linaje genético. Por ejemplo, un cultivar autóctono con linaje índica cultivado en un nuevo entorno podría producir un perfil químico único que provocaría efectos estimulantes.
Además, los efectos del cannabis tienen más que ver con la composición del sistema endocannabinoide individual de un consumidor que con el linaje genético de una planta. Las personas pueden tener diferentes experiencias según la forma en que su sistema endocannabinoide reacciona al consumir una planta de marihuana determinada. Un usuario puede reportar un efecto tipo índica de una planta con linaje índica, mientras que otro informará un efecto estimulante tipo sativa de la misma planta.
Cuando se trata de aroma, las cepas índicas tienden a emitir olores a humedad, tierra y mofeta, mientras que las sativas huelen dulce, afrutado o especiado. Las variedades índica son conocidas por tener perfiles de sabor que van desde el almizcle hasta los terrosos, pasando por frutos negros, como bayas y uvas. Esta diferencia en el aroma y el sabor es el resultado de los terpenos, las moléculas dentro de la planta que son primas de los cannabinoides como el THC y el CBD. Si bien estos compuestos químicos a veces proporcionan olores sorprendentemente picantes, su mayor beneficio para los usuarios es en realidad su eficacia medicinal.
Se cree que el rol de los terpenos en el efecto séquito hace que, aunque dos variedades distintas tengan la misma proporción de cannabinoides, sus efectos psicoactivos sean diferentes. Esto podría ser el motivo de las diferencias entre los efectos de las variedades índica y sativa.
Aunque los terpenos no provocan psicoactividad, su capacidad para modular la actividad de los cannabinoides explicaría cómo dos plantas que contienen la misma concentración de CBD y THC, por ejemplo, pueden inducir a efectos opuestos. Una podría provocar sensaciones típicas de las variedades índicas (narcótico y relajante), y la otra de las sativas (energizante y cerebral).
Cuando decimos "terpenos índica" en realidad solo nos referimos a terpenos que ayudan a crear la experiencia índica. Entonces, un terpeno que es relajante y promueve sentimientos de calma o somnolencia se considera un terpeno índica. Aunque definitivamente puedes encontrar cepas sativa que incluyen los terpenos a continuación, se encuentran en cantidades mucho mayores en las variedades índica:
Mirceno: generalmente, si la concentración de mirceno es superior al 0,5%, se considera una planta índica. Presente en mangos, cardamomo o lúpulo, el mirceno es un poderoso sedante, lo que explicaría por qué las genéticas índicas, que tienen mayores cantidades de mirceno, tienen efectos más calmantes y somnolientos.
Beta-cariofileno: las grandes índicas tienen mayores cantidades de este terpeno especiado. que se encuentra en la pimienta negra, el clavo y el orégano. Es en realidad uno de los únicos terpenos conocidos que pueden interactuar directamente con los receptores CB2 en el sistema endocannabinoide (SEC). Esto es, en parte, lo que hace que el beta-cariofileno sea tan efectivo como antiinflamatorio y elevador del estado de ánimo.
Linalol: también está presente en la menta y es conocido por sus propiedades sedantes y reductoras del estrés. Variedades como OG Kush o Northern Lights tienen grandes cantidades de linalool, lo que les brinda a ambas experiencias relajantes y eufóricas.
Limoneno: lo creas o no, algunas de tus variedades índicas favoritas tienen grandes cantidades de este terpeno. Las propiedades del limoneno que mejoran el estado de ánimo dan a cepas como la White Widow efectos estimulantes. Otras variedades índica con altas cantidades de limoneno incluyen Gelato 41 o Sherbet.
Humuleno: también conocido como alfa-cariofileno, este terpeno es otro que es parcialmente responsable de ese estereotípico olor a cannabis. Encontrado prominentemente en la planta del lúpulo, no sorprende que este terpeno tenga un aroma herbal claramente lupulado (piensa en la cerveza). Aunque normalmente se encuentra en cantidades más pequeñas, cepas como Panty Punch o Cookies contienen una buena dosis de este terpeno.
El tiempo de crecimiento rápido, su estiramiento limitado y la constitución robusta de la planta índica la hacen más adecuada para aquellos que buscan cultivar semillas de marihuana indoor, ya que podrás meter bastantes plantas en espacios reducidos gracias a su pequeña estatura. Una vez que cambias al período de floración, se vuelven dos o tres veces más grandes y la mayoría de las variedades terminan de florecer después de unos 2 meses después de apagar las luces. En exterior también son bastante rápidas en floración, generalmente terminando a mediados o finales de septiembre, por lo que es la variedad perfecta para zonas en las que las lluvias de finales de verano llegan pronto.
También puedes optar por la máxima comodidad de crecimiento en lugar de la velocidad. En ese caso, deberías buscar características de cannabis robustas y resistentes que deberían ayudar a tu planta a atravesar las etapas sucesivas de su ciclo de vida con la mínima cantidad de problemas. La resistencia a las enfermedades y a las plagas son sus principales bondades en este aspecto.
Las cepas índica evolucionaron para hacer frente a las breves temporadas de floración y para resistir las influencias negativas del clima impredecible. Eso significa que las semillas con altos porcentajes de genética índica suelen ser más fáciles de manejar, incluso para los cultivadores de interior experimentados.
La alimentación es relativamente sencilla cuando se trata de plantas índicas. A diferencia de las cepas de tendencia sativa, las índicas intensas se alimentan mucho, con algunas excepciones. Para el novato y realmente cualquier nivel de cultivador, ayuda tener una planta resistente que pueda tolerar altas dosis de nutrientes.
Por otro lado, los cogollos índica tienden a ser más compactos que las flores sativas, lo que las hace más susceptibles a los problemas de moho debido a la humedad atrapada dentro de la estructura del cogollo. Sin embargo, en general, elegir una dulce índica fácil como Mandarin Panties es la ruta más segura para cultivar de manera segura.
Si estás buscando el mejor banco de semillas para comprar semillas índica, en Seedstockers estamos orgullosos de contar con uno de los catálogos más completos que se pueden encontrar actualmente en el mercado. Cuando en 2017 decidimos crear nuestro propio banco de semillas, nuestro objetivo era hacer accesible para el público una amplia selección de variedades de alta calidad al mejor precio, capaces de cubrir las necesidades de todo tipo de cultivadores.
Y a buen seguro que lo hemos conseguido, cómo podrás comprobar en nuestra sección de semillas de marihuana índica, el mejor escaparate para este tipo de variedades, tanto en su versión feminizada como en formato autofloreciente, donde podrás encontrar desde clásicos imperecederos hasta las últimas genéticas que más están pegando en el mercado norteamericano.
Se trata de variedades índicas de calidad contrastada para llevar a cada jardín o cuarto de cultivo lo mejor de este tipo de genéticas; y que gracias al arduo trabajo de nuestros criadores han sido estabilizadas para obtener plantas con grandes rendimientos, resistentes y, sobre todo, muy fiables a la hora de comenzar cualquier tipo de cultivo, ya sea en interior o exterior.
Tanto si eres un cultivador principìante que no quiere problemas, como si tu experiencia te permite sacar lo mejor de una planta de cannabis, nuestra selección de semillas de marihuana índica seguro que logra conquistarte. Pero si no sabes por dónde empezar ante nuestra amplia variedad de opciones feminizadas, aquí te dejamos algunos ejemplos que seguro que te satisfacen:
MANDARIN PANTIES FEM
Nuestra Mandarin Panties obtuvo sus genes de nada menos que de dos pesos pesados de campeonato, Girl Scout Cookies y Pink Panties, dos auténticas superestrellas del mundo de la marihuana cuyo cruce ha hecho merecedora a Mandarin Panties de ser una de las genéticas más vendidas de nuestra colección de semillas de cannabis feminizadas. No es de extrañar, ya que es una planta muy fácil de cultivar que ofrece cosechas más que satisfactorias en poco tiempo, que se adapta fácilmente a diferentes entornos y no es nada exigente. Y con unas cualidades organolépticas complejas e intensas, con marcadas notas a repostería y terrosas, aunque con claros matices herbales y a cítricos, que se complementan a la perfección con su alto contenido en THC, que puede llegar al 26% para ofrecerte un efecto relajante y agradable apto para un gran abanico de actividades.
BLACKBERRY GUM FEM
El matrimonio muy exitoso entre Bubble Gum y Blueberry dio como resultado esta genética que heredó todas las buenas cualidades de los padres. Esta dama tarda solo 8 semanas en florecer y te recompensará generosamente con una buena cantidad de cogollos aromáticos, con un sabor dulce a caramelo similar al chicle y un toque de especias. Cualquiera a quien le gusten los sabores dulces al fumar o vapear habrá encontrado una excelente variedad de hierba en Blackberry Gum. Solo asegúrate de tener muchos botes listos para que puedas almacenar esas bonitas golosinas compactas, que te otorgarán una relajación física total debido a su alto contenido de THC, ideal para calmar la musculatura al final del día después de una sesión intensa de deporte.
CBD CRITICAL XXL FEM
Hablar de BCN Critical XXL, nuestra propia versión mejorada de la icónica Critical +, es hablar de una genética idolatrada por muchos cultivadores, gracias a todas las ventajas que cualquiera desearía para una planta de marihuana: es vigorosa, resistente, con un rendimiento fuera de serie y con un aroma/sabor increíble. Y su hermana rica en cannabidiol no le va a la zaga, conformando la alternativa perfecta para aquellos que no quieren colocarse fumando o vapeando. Dado que el nivel de CBD es del 10% y el nivel de THC no supera el 0,5%, esta señorita no te provocará un subidón psicoactivo, pero sí un efecto tranquilo que te hace sentir completamente zen. Ideal para combatir los síntomas que aquejan a tu organismo, mientras te permite disfrutar de todas las bondades de un cannabis más sostenible para el día a día.
Si optas por variedades con un ciclo de vida corto, de apenas 10-11 semanas, y que además no dependen del fotoperiodo para florecer, estamos seguros que estos ejemplos de variedades de marihuana índica autofloreciente serán de tu agrado:
PANTY PUNCH AUTO
Nuestros criadores de Seedstockers han demostrado una vez más una gran experiencia con esta autofloreciente con mucho punch, como se podría definir Panty Punch Auto, el resultado del cruce entre Pink Panties y Purple Punch Auto. Es una variedad de muy fácil cultivo y que se adapta a todo tipo de circunstancias y ambientes. Si no tienes mucho tiempo para cuidarla, no se mostrará pretenciosa y se convertirá en una planta madura por sí misma en solo 11 semanas de vida, con un tamaño que encaja perfectamente en cualquier armario de cultivo. Y en exterior, especialmente durante los cálidos meses de verano, cuando los dioses del clima están de buen humor, esta cepa realmente despega, ofreciendo cogollos muy afrutados con claros toques de hierbas y especias, que hacen una mezcla deliciosa que es súper agradable para fumar o vapear.
STICKY FINGERS AUTO
En Seedstockers hemos cruzado nuestra propia Sticky Monkey, una descendiente de Gorilla Glue #4, con la genética del fenotipo 'Thin Mint' de la archiconocida Girl Scout Cookies, obteniendo una cepa que puede hacer feliz a cualquiera. No solo por su sabor dulce, sino también por la facilidad de cultivo y las cosechas extra grandes. Sus hermosos cogollos blancos escarchados y llenos de resina son muy adecuados para preparar aceites, ceras, comestibles y todo lo que se te ocurra hacer con un cannabis de alta calidad. Porque cuando empiezas a fumar Sticky Finger Auto te imaginas frente al mostrador de la panadería: su dulce aroma huele a galletas y pasteles recién horneados y el sabor está completamente en línea. Los matices son frescos con un toque de menta, especias y el sabor del pino recién aserrado. Y con valores de THC por encima del 20%, esta genética será suave contigo y no te dejará colocado, sino total y absolutamente relajado.
CANDY DAWG AUTO
Hemos logrado adaptar una de las genéticas estrella de nuestro catálogo a todos aquellos cultivadores que están ávidos de conseguir grandes cosechas, pero sin esperar demasiado. Para ello unimos la genética original Candy Dawg (Candy Kush x Chem Dawg x OG Kush) a una Ruderalis muy especial. De esta forma, surge un híbrido de predominancia índica capaz de pasar de semilla a planta madura en tan solo 70 días de floración. Una vez completado el cruce, se trabajó con los ejemplares con mayor THC, manteniendo su característico y denso sabor Kush con un fondo de café y combustible. Precisamente, gracias a su sangre Kush, no es una planta con altas exigencias nutricionales y de cultivo, una variedad muy adecuada para principiantes y una buena opción para terrazas y balcones, pues con un mínimo de 5-6 horas de sol directo produce una cosecha generosa y de gran calidad. ¿A qué esperas para ponerle tus manos encima?
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